Cuba expulsa del país a un sacerdote que hizo sonar las campanas de una iglesia de La Habana durante una protesta

El medio cubano Martí Noticias, con sede en Estados Unidos, informó el jueves que el Partido Comunista de la isla ordenó la expulsión del padre José Ramírez, un sacerdote destinado en La Habana que tocó las campanas de su iglesia el lunes en solidaridad con los manifestantes que habían salido a las calles esa noche.

Cuba ha experimentado oleadas de protestas casi incesantes a lo largo de la última década, que se han intensificado significativamente tras la protesta anticomunista masiva a nivel nacional el 11 de julio de 2021 y la posterior represión violenta contra presuntos disidentes. Además de la oposición política al régimen, estas protestas se han visto exacerbadas por la incapacidad del Partido Comunista para abordar las principales fallas de infraestructura en el país, incluido el colapso casi total de la red eléctrica y la amenaza inminente de edificios en ruinas aplastando y matando a personas, particularmente en la capital.

Entre la noche del lunes y la mañana del martes, un gran número de habaneros salieron a las calles para protestar contra otra ola de apagones en la capital, gritando “¡libertad!” y “¡abajo el comunismo!” Si bien el régimen de Castro ha intentado tradicionalmente mantener a La Habana en buenas condiciones para sostener su lucrativa industria turística, el colapso de la red eléctrica en los últimos meses ha demostrado ser demasiado catastrófico para aislar a la capital.

Entre las protestas de esa noche, testigos presenciales filmaron una iglesia en la capital haciendo sonar sus campanas con fuerza, aparentemente en apoyo a quienes pedían el fin del régimen.

Martí Noticias reporter Mario Pentón reportado El jueves el Partido Comunista parece haber identificado al sacerdote responsable y ordenar su expulsión del país. Según fuentes anónimas aparentemente vinculadas a la Iglesia católica, el sacerdote fue identificado como el padre José Ramírez. Dada su nacionalidad mexicana, el Partido Comunista puede retirarle su autorización para permanecer en Cuba en cualquier momento y ha tomado medidas para ello. Las fuentes confirmaron que Ramírez tenía la intención de enviar un mensaje de “solidaridad con el pueblo después de más de 12 horas sin electricidad” y transmitieron que los matones de seguridad del Estado del Partido Comunista intimidaron personalmente a Ramírez, además de la burocracia que le ordenó salir.

“Si bien la funcionaria Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central (del Partido Comunista), evitó hablar abiertamente de expulsión”, comparte el informe, “sí dejó claro que no se renovará el estatus de residencia del sacerdote, lo que implica su salida obligatoria del país una vez vencida su documentación”.

El informe afirmaba que expulsar abiertamente al sacerdote por apoyar al pueblo cubano “sería un escándalo” que podría alimentar más malestar social.

El régimen comunista cubano tiene una larga historia de persecución cristiana vinculada a la Iglesia católica y otros grupos cristianos que resisten activamente la brutalidad del comunismo. Los sacerdotes católicos, junto con miembros de los Testigos de Jehová, los Adventistas del Séptimo Día y otros grupos cristianos nominales, fueron notoriamente encarcelados en las “Unidades Militares para Ayudar a la Producción” de Cuba (UMAP), que son campos de trabajo destinados a esclavizar y matar a los “indeseables” sociales, incluidos artistas, personas homosexuales sospechosas y disidentes políticos. Fidel Castro actuó rápidamente expulsar tantos sacerdotes y monjas de Cuba como fuera posible después del golpe que llevó a su régimen a tomar el poder en 1959, cerrando iglesias católicas e instituciones religiosas que no permitían ser utilizadas para la propaganda comunista.

Sin embargo, los esfuerzos del régimen de Castro por silenciar a la oposición cristiana han fracasado y los sacerdotes y monjas siguen siendo una parte destacada del movimiento anticomunista. En particular, durante las protestas del 11 de julio, las autoridades “desaparecieron” a un sacerdote, el padre Castor José Álvarez Devesa, que había caminado junto a los manifestantes. Reapareció días después con una importante herida en la cabeza y acusó a los matones del régimen de golpearlo en un intento de silenciar a la oposición.

En 2024, el Padre Álvarez explicó en una entrevista que se sintió obligado a protestar y “eso resultó en que me golpearon, me hirieron, me detuvieron por las noches en una celda, luego me pusieron una medida cautelar prohibiéndome salir del país; además (necesitaba) permiso para salir del municipio y (podía) salir de casa sólo cuando fuera necesario”.

“Creo que es muy importante ayudar a la gente a comprender que el Evangelio de Cristo puede ayudarnos a librarnos del mal también en la patria, en la sociedad, en el país, en la política, y eso influye, si seguimos a Cristo, en una mejor economía, en la familia, en todos los aspectos de la sociedad”, aconsejó. El padre Álvarez también siguió identificándose abiertamente como un opositor del comunismo.

En declaraciones a Breitbart News en 2022, David Curry, entonces líder de la organización humanitaria cristiana Open Doors, describió un rápido aumento de la violenta persecución cristiana en Cuba tras las protestas del 11 de julio.

«Lo que se ve es que hay una cierta sensación de alineación entre pastores y sacerdotes en torno a las libertades individuales y cosas que desafiarían la ideología del régimen comunista de Cuba», explicó Curry. «Les gustaría verlos mantenerse al margen de estas discusiones y dejar que el gobierno haga lo que quiera. Creo que todos estos dictadores tienen una creencia similar al respecto».

«Entonces están empezando a decir: ‘Mira, si vas a hablar en contra de las crueldades del gobierno, vamos a tomar medidas enérgicas contra ti y a dificultar que te registres oficialmente'», agregó, «y los que están registrados, por supuesto, tienen que seguir la línea. Así que ese es el juego, un juego muy peligroso que se está jugando en Cuba contra los pastores y sacerdotes de esa zona».

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